Nerón pasó a la historia como el emperador que provocó el incendio de Roma para llevar a cabo la reconstrucción de la ciudad según un nuevo proyecto urbanístico moderno y artístico. Los estudios históricos actuales consideran que, en realidad, Nerón no incendió Roma, pero que, una vez incendiada la ciudad, sí aprovechó para reconstruirla a su gusto. De hecho, podemos considerar a Nerón como el emperador artista, amante de la cultura y de todas las artes. Esto no significa que no fuera a la vez un tirano cruel y déspota, como era lo habitual en su tiempo, capaz de asesinar a su madre Agripina, a su hermanastro Británico, a su primera mujer Octavia y, de alguna manera, a su segunda mujer Popea.
Itziar Miranda & Raul Arévalo
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